La bodega construida en 1914 bajo los auspicios de la Mancomunidad de Catalunya es obra del ilustre arquitecto Pere Domènech i Roura, fruto del esfuerzo solidario del campesinado local para levantar una edificación racional, de gran valor arquitectónico, pionera en cuanto a la incorporación a la industria agraria de condiciones técnicas, constructivas y enológicas.

Consta de una gran sala de tinas y cubas con una capacidad total de 18.000 hl. Con una amplía sala de máquinas en la parte posterior con el muelle de recepción y dispositivos para la entrada y prensado de la vendimia.

Bautizado por Angel Guimerà como una de las “Catedrales del Vino”, debido a su magnificencia y a su distribución en planta, con un cuerpo central más alto y unas alas más bajas al estilo de las antiguas basílicas romanas, con el depósito de agua a presión a modo de campanario, separadas por filas de columnas que le dan una agradable sensación de amplitud y luminosidad.

Edificación exteriormente discreta, construida en piedra en la base o zócalo, paredes de estuco, con decoración de ladrillos en ventanas y cornisas, tiende a la sobriedad comparada con las fachadas de edificaciones coetáneas pero es en su interior, que mantiene en perfecto estado los elementos originales, donde se aprecia todo su esplendor.